A día de hoy una
de las mayores fuentes de visitas a nuestro blog son búsquedas en Google del
tipo “cómo ser guay”, “quiero ser guay”, o “vendo persianas”. No vamos a tratar
en esta entrada de persianas puesto que es un tema sobre el que ha corrido ya
mucha tinta, sino que nos dedicaremos a ayudar a aquellas personas que, un
tanto desorientadas por la falta de información, buscan ayuda en su camino al
mundo guay. Para todos ellos estamos creando la Guía definitiva para ser guay, de la cual hemos escrito hasta ahora
dos páginas. Como adelanto a esta obra maestra de los libros de autoayuda estamos
encantados de ofrecerte aquí cinco consejos para ser más guay. Por cierto,
escribo en plural simplemente porque queda más profesional, pero sigo siendo yo
y sólo yo el que escribe en el blog.
1 – Hazte el
interesante
Quieres ser un
tío guay, y como tal la gente debería interesarse por lo que haces y lo que
dices. Para aumentar este interés de tus amigos o conocidos, no hay nada mejor
que decir cosas que no sean capaces de entender a la primera o, mejor todavía,
que despierten su interés. Por ejemplo, si te preguntan si quieres ir a jugar
al fútbol esta tarde, no digas que no puedes porque tienes que ir a casa a
cuidar de tu hermana. Es demasiado claro. Es mucho mejor que afirmes: “Me
encantaría”. Observa que ni siquiera está claro si vas a ir o no, con lo cual
te preguntarán algo así como “¿Pero vienes o no?”. Como puedes ver, de esta
manera tan fácil ya has captado el interés de tus interlocutores. Ahora podrías
contestar algo del estilo de: “No me va a ser posible, tengo algo importante
que hacer”. A partir de ahí puede ser que tu interlocutor interprete que no
quieres hablar del tema con lo que se quedará muy intrigado, o que siga
preguntándote, en cuyo caso deberías contestar con nuevas evasivas. No puedes
usar esta técnica todo el tiempo, pero sí a menudo para asegurarte el interés
de tus colegas en lo que haces o dices.
En resumen,
intenta envolver tu vida en un halo de misterio que te haga interesante.
2 – Viste de
manera extravagante
No puedes
pretender ser guay con esas camisetas del Pull&Bear o de Mango que lleva
todo el mundo. Esto mismo es válido para tu peinado o tus adornos. Cuando algo
se pone de moda no eres guay por seguir esa moda; los guays son los que crean
las modas o al menos son de los primeros en seguirlas.
Si ves como los
jóvenes comienzan a dejarse crecer la barba, pero esperas a que todo el mundo
lo haga para empezar tú, entonces nunca vas a ser guay sino una persona del
montón. Tendrás que hacer cosas originales. Por ejemplo, aféitate todos los
días. O péinate con raya en el medio ahora que nadie lo hace. Viste con colores
que no veas por la calle como el naranja o el kiwi y utiliza prendas de vestir
y adornos encontrados en la basura o que pertenecían a tus abuelos para darle a
tu indumentaria un toque de originalidad.
Como regla
general podemos decir que cuanto más ridículo te veas al espejo, más guay te
percibirá el resto del mundo.
3 – Busca hobbies
que nadie realice
Nada de “me gusta
viajar, leer y hacer deporte”. Eso es algo demasiado típico. Necesitas hobbies
extraños y que le interesen a la gente. Por ejemplo, puedes desarrollar una
pasión por tejer. Esto es algo que nadie hace, pero que seguramente en algún
momento se empezará a poner de moda. Si cuando llegue ese momento tú eres un
experto e incluso tienes un blog o un canal en youtube, entonces automáticamente
serás increíblemente guay. Fácil, ¿no?
Por supuesto
corres el riesgo de que tu hobby nunca se ponga de moda. Por eso mismo deberás
crear blogs y canales de youtube de al menos cinco aficiones originales para
aumentar las probabilidades de que al menos alguna de ellas se ponga de moda en
los próximos años. Algunos ejemplos serían: coleccionar conchas, el mundo de las
tortugas, hablar Finlandés, hacer mermeladas caseras, tocar el xilófono,
programar en Turbopascal, la poesía
Kazaja, usar monóculo… Seguro que se te ocurren fácilmente unas cuantas
posibilidades. Piensa que hace unos años a nadie le daba por jugar al pádel,
hacer su propia cerveza, la comida vegana, beber gin tonic o tener un huerto
urbano y todas ellas son gilipolleces que ahora están a la orden del día.
4 – Habla siempre
sobre ti mismo
Debes intentar
que toda conversación que se desarrolle en tu presencia gire sobre ti mismo.
Más que una técnica es un estilo de vida, pero por suerte es algo que puedes
aprender poco a poco. Empieza por conversaciones superficiales y con pocas
personas para ir aumentando el reto y acabar haciendo que todo el bar escuche
interesado tus explicaciones, vivencias o historietas.
Por ejemplo, si
alguien empieza a hablar de baloncesto, entonces hablarás sobre tu primo que
juega en la liga italiana para acabar contando que un día saliendo de juerga le
levantaste a un ligue. Si alguien dice que se ha comprado la Playstation 4,
entonces dirás que tú la compraste cuando salió pero que los gráficos te
parecen una mierda y por eso la vendiste y te compraste un pepino de ordenador.
Si alguien se va de vacaciones a las Maldivas, entonces tú ya has estado allí y
si quiere le puedes recomendar un restaurante impresionante en el que te
acabaron invitando a cenar después de que conocieras a los dueños una noche de
fiesta.
Debes mezclar
historias y datos reales e inventados, de manera que la gente puede saber que
sueles exagerar pero nunca pueda decir a ciencia cierta si algo que cuentas es
real o no. Es lo que los guays llamamos maquear o tunear las historias.
5 – Critica a los
demás
Este paso
requiere que realices correctamente todos los anteriores, ya que aquí empiezas
a moverte en aguas pantanosas. Sin embargo, si sigues al pie de la letra los
primeros pasos observarás una rápida mejoría en tu nivel de guayismo. Una vez
sientas esta mejoría y veas que tu reputación va en aumento, es cuando será el
momento de comenzar a utilizar esta última técnica que te catapultará a unos
niveles que antes te parecían imposibles.
Aquí se trata de
pasar de concentrarte en ser guay, a dedicarte a hacer que los demás sean menos
guays que tú. Esto automáticamente hará que los demás te perciban todavía más
guay de lo que eres en realidad. Para ello la idea es que identifiques a lo que
son más o menos igual de guays que tú y los critiques a sus espaldas cuando
tengas ocasión, riéndote de sus tontas aficiones, lanzando rumores sobre que estudian
los fines de semana, criticando su manera de vestir porque ya estuvo de moda
hace unos años y no es nada original, etc.
Imagina que tú te
encuentras en un escalón o nivel en la escala gay. Entonces te dedicarás a
criticar a los de tu mismo escalón, lo cual con el tiempo hará que parezca que
estás un nivel por encima de ellos. Así, la gente acabará interpretando que
efectivamente estás por encima de aquello a los que te dedicas a criticar.
Llegado este momento, ya has subido un escalón. Entonces vuelves a empezar, y
así continuamente hasta que estés satisfecho con tu nuevo estatus social.
Desde Vivencias
Varias te animamos a aplicar estos consejos y esperamos que te sirvan de gran
ayuda en tu camino hacia el guayismo. Si tienes cualquier duda estaremos
encantados de responderte en los comentarios.